El presidente del Concejo Deliberante justificó los dichos del intendente sobre "enviar alguna chica bonita para convencer empresarios a que vengan a invertir a Mar del Plata”. Sostiene que aún faltan algunos cambios de gabinete.
Por Ramiro Melucci
La relación de Guillermo Sáenz Saralegui y Carlos Arroyo ha pasado, en estos últimos dos años, por distintas etapas. Por el empeño que el presidente del Concejo Deliberante pone en no cuestionar al intendente, este comienzo de año parece una etapa próspera. En una entrevista con LA CAPITAL, el esfuerzo de Sáenz Saralegui por mantener el vínculo se aprecia en cada palabra. Sobre todo, en la justificación de la controvertida frase que pronunció Arroyo cuando recibió al primer turista del año. Es, a su entender, la forma general de pensar de hombres como ellos, que rondan los 70 años.
El presidente del Concejo anticipa que habrá nuevos cambios de gabinete. También admite que todavía no leyó el presupuesto ni las ordenanzas fiscal e impositiva, pero ante los cuestionamientos que tuvieron ya se pronuncia en favor de una “flexibilización” de esas normas. Y calcula que antes de fin de mes deberían estar aprobadas las que fijan las tasas. Para eso, claro, es necesario el funcionamiento de las comisiones, que anhela tener conformadas entre mañana y el martes.
– ¿Por qué se complicó tanto este año la conformación de comisiones?
– Nunca son fáciles. Las comisiones siempre se trabajan armoniosamente. Acá tenemos la representación de todos los partidos políticos. Con los resultados (de las elecciones y los concejales que ingresaron) cada partido político tiene su porcentaje para presidir comisiones. Cambiemos tiene 6,5, por lo que puede poner siete o seis presidentes; Unidad Ciudadana tres; Acción Marplatense puede llegar a tener dos y 1País tiene una. Las comisiones son importantes según el presidente.
– De las negociaciones por las presidencias de las comisiones lo que ha trascendido es que el oficialismo pidió siete, entre ellas cinco de las denominadas “grandes” ¿Es así?
– Todos pedimos, pero sabemos que no puede llegar a eso. Por eso están las negociaciones. Nosotros creemos que no pueden ser las cinco “grandes” para un partido político, por más mayoría que haya, especialmente cuando nosotros somos de un partido político al que no le gusta la mayoría automática por más que la tengamos. Entonces, tampoco la queremos aplicar en las comisiones. Queremos que se repartan bien las comisiones para que después, cuando lleguen los proyectos de ordenanza, lleguen bien consensuados.
– También ha trascendido que el oficialismo no se pone de acuerdo sobre qué comisiones otorgarles a sus bloques, y por lo tanto la discusión no avanza en las negociaciones con el resto de los partidos. ¿Qué grado de veracidad le atribuye a esa versión?
– No. Es la negociación general. Dentro de Cambiemos tenemos la Unión Cívica radical; el PRO y la Agrupación Atlántica, y la señora de la Coalición Cívica (Angélica González). Entonces, casi todos quieren participar en casi todas las comisiones, tener una presidencia o una vicepresidencia. El radicalismo en Cambiemos tiene cinco integrantes, nosotros tenemos seis, porque (Guillermo) Volponi está con nosotros, y por otra parte está Angélica.
– Entonces sí es la discusión interna de Cambiemos la que demora la conformación de las comisiones…
– No, no, no. Esa es una de las discusiones. Las discusiones más intensas son casi siempre con la integración de los demás partidos. Yo pienso que se está trabajando muy bien para conseguir consenso; tal vez pausado, porque no queremos llegar a aplicar una mayoría injusta.
– ¿Esta semana ya debería haber una definición?
– Yo calculo que este lunes (Ndr: por hoy), a más tardar el martes, tendrían que estar todas las comisiones, porque definiendo las cuatro o cinco más grandes, las otras vienen por añadidura. Vienen como por un tubo (risas).
“El intendente es muy frontal. No se da cuenta que está haciendo un reportaje, sino que habla en confianza. Y por ahí hace como alguna chanza”.
– Al tener una mayoría con múltiples vertientes, ¿cómo cree que va a funcionar el interbloque Cambiemos?
– Espero que no funcione como una escribanía como funcionó otras veces. Por eso yo, como presidente, trato de ser lo más imparcial posible y hay veces que ni participo en las reuniones de nuestro bloque. El único momento en el que soy parcial es cuando el intendente precisa una herramienta, la votación está muy peliaguda y tengo que usar el voto doble. No voy a las comisiones a presionar a nadie. Me entero de lo que pasa en las comisiones en las reuniones de presidentes de bloque.
– La necesidad de conformar comisiones se da porque están sin tratamiento el presupuesto y las ordenanzas fiscal e impositiva. ¿Se han puesto un plazo para la aprobación de esas normas tan importantes para el municipio?
– Pensamos que antes de fin de mes tiene que estar la fiscal e impositiva, que es la que precisamos para mandarle a la gente para cobrar las tasas. Después, el presupuesto es muy charlado, especialmente en las comisiones. Queremos que esté la comisión de Hacienda, así el secretario de Hacienda va a la comisión, que es el lugar a donde tiene que ir. Muchas veces, cuando hacemos una reunión pública, no se pregunta lo que se tiene que preguntar. En cambio, como ahí están los asesores, que realmente saben de economía, es la parte más jugosa y tal vez donde se pueden modificar ciertos artículos y porcentajes.
– ¿Ha hecho una evaluación del presupuesto y las ordenanzas fiscal e impositiva? Varios de sus aspectos fueron muy cuestionados en los últimos días.
– Es muy amplio. Soy sincero: no he estado leyéndolo porque sé que esto llega después a modificaciones. Tenemos confianza con el secretario de Hacienda para decirle si hay que rever algo. Porque hay veces que no se conoce el folclore de la ciudad y hay cosas que por ahí hay que flexibilizar un poquito porque son las formas de manejarnos los marplatenses
– Por algunas declaraciones que hizo, se nota que no le ha caído muy bien que el Ejecutivo decretara el uso de las cámaras del Centro de Monitoreo para labrar multas de tránsito, cuando era un proyecto de ordenanza que se estaba discutiendo el año pasado en comisiones.
– Yo, personalmente, me preguntaba por qué tanta celeridad del intendente cuando trabajamos en democracia. Hay que hacerlo por consenso, no por un decreto. Lo vimos también con Macri, que tuvo que dar marcha atrás con un decreto que quería sacar.
– ¿Cómo ve su vínculo con el intendente?
– Ha habido ciertos cambios, que era lo que yo le pedí desde un primer momento. En una charla que tuvimos después de un enojo de cuatro o cinco meses, me explicó el porqué de ciertos compromisos partidarios. Hice como un manto de piedad y traté de justificarlo porque vi que después hizo cambios. Me parecieron buenos los cambios y todavía le falta alguno más. Le faltan muy poquitos y se lo he comunicado a él. Me dijo que los va a realizar.
– ¿En qué áreas?
– No, eso no… (risas). Ya dentro de poquito se van a enterar. Había un 80% que estaba bien y un 20% de gente que a mí, personalmente, no me gustaba o no la veía con la capacidad necesaria.
“Yo, personalmente, me preguntaba por qué tanta celeridad del intendente cuando trabajamos en democracia. Hay que hacerlo por consenso, no por un decreto”.
– ¿Qué piensa de la polémica frase de Arroyo sobre “mandar a alguna chica bonita a convencer empresarios a que vengan invertir a Mar del Plata”?
– No… pienso que son frases por ahí hechas en nuestra educación, que no es la de hoy. Somos gente de alrededor de 70 años. Cuando escuchábamos tango… hoy un tango podría no estar permitido porque las letras eran así. Nuestra educación era distinta. Y tal vez fue un comentario… no digo desacertado, porque es común en nosotros.
– ¿Pero le parece bien que lo haya hecho en público?
– El intendente es muy frontal. No se da cuenta que está haciendo un reportaje, sino que habla en confianza. Y por ahí hace como alguna chanza. Pero cuando uno está hablando en público hoy es medio difícil porque una palabrita que no le guste al interlocutor por ahí es el título.
– ¿Entonces fue una equivocación?, ¿cómo lo calificaría?
– No, yo pienso que es una forma de pensar de nuestra época. Ya le estoy diciendo: nosotros somos viejos (risas).
– ¿Imaginaba que el gobierno municipal iba a ser tan complicado de ejercer? Este año, por ejemplo, empezó con problemas con la basura, roces con la gobernación…
– Yo pienso que el arranque del primer año, como había que coordinar un montón de fuerzas distintas a la forma de pensar de uno, por ahí tuvo ciertos inconvenientes. Pero después de que se han realizado ciertos cambios el intendente se ha sentido más cómodo, más respaldado y con más confianza en la gente que está trabajando con él, como con ese chico del Emvial (Pablo Simoni), que es un muchacho que trabaja muy a conciencia.